Comité de Damas de Casa Grande realizá labor de ayuda a los más necesitados

Comité de Damas de Casa Grande realizá labor de ayuda a los más necesitados Tras su retorno del país venezolano, la presidente del Comité de Damas del distrito de Casa Grande, Patricia Mariños de Navarro, retomó sus actividades altruistas en la localidad azucarera.

Esta vez, visitó los asentamientos humanos ‘El Mirador’ y ’17 de Marzo’ en Roma y Casa Grande; sectores golpeados por la pobreza y la informalidad.

Frank Luján es un joven de 16 años que padece de retraso mental y una deficiencia crónica para coordinar sus extremidades superiores e inferiores. Junto a sus dos hermanitos menores recibe el cuidado de  Pascuala Quino Pérez, su madre, una verdulera ambulante en Roma que además hace las veces de padre y jefe del hogar.

Frank y sus pequeños hermanos recibieron la visita del Comité de Damas y una buena noticia: Zapatillas y útiles escolares para todos. “Hace días que mi ‘Francito’ me decía que quería zapatillas y mis otros hijos no tenían donde escribir en la escuela”, dice emocionada Pascuala Quino Pérez

Padres corajes. Edilberto Saavedra y su esposa, son dos sacrificados ancianos que diariamente batallan en la adversidad de la vida para cuidar y mantener a María Esther de nueve años. “La pobreza y nuestras pocas fuerzas no son ningún obstáculo para ponerle ganas al día; aun así, es una bendición y un alivio la ayuda de personas buenas’, dice la esposa de Edilberto
María Esther, inquieta como cualquiera a su corta edad, quizá no entiende las desavenencias de la pobreza porque él juega feliz aunque algunas veces tenga que hacerlo descalzo. Es indescriptible la alegría del menor que creció a lado de sus padres y que recibe entusiasmada sus nuevas zapatillas y útiles escolares que ya echaba de menos.

Llegó la hora de hablar con la responsable de estas jornadas. Patricia Mariños, presidente del Comité de Damas, nos dice que llegamos al asentamiento humano ’17 de Marzo’ a un hogar donde Dios enciende una chispa para iluminarlo; “aquí vive Jeremi Luna Yupanqui, tiene ocho años y su sonrisa esconde su esfuerzo para aferrarse a la vida que la comparte con sus dos pequeños hermanos y su mamá Elsa Yupanqui que sufre de parálisis facial”, nos cuenta la esposa del alcalde de Casa Grande.

Desde hace un tiempo visitan al menor que padece de leucemia y que periódicamente viaja a Lima para sus sesiones de quimioterapia en el Hospital de Neoplásicas. Hoy, este grupo de mujeres altruistas pasó por su vivienda para dejarle el dinero para costear los pasajes ida y vuelta hasta la capital de la República.

Jeremi nos cuenta que antes de su viaje lucirá las nuevas zapatillas que le regaló doña Patricia. Él debido a su enfermedad dejó de estudiar en la Institución educativa Miguel Grau en la localidad azucarera.

La señora Elsa Yupanqui que muestra un sentido agradecimiento nos dice que cada vez que los días se complican aparecen las señoras del comité con paquetes de víveres que alivian la semana. Su conviviente no tiene un trabajo estable y por tanto el dinero no alcanza.

Historias como las que contamos suman decenas y sobran razones para decir que la solidaridad empieza a imponer su marca en un pueblo en el que cada día crece la esperanza.