Por: JUAN ARRIAGA DIÉGUEZ
La política es el noble arte de
gobernar y los ciudadanos que incursionan en este campo deben estar y ser
conscientes que es el arte de servir –en forma honorable, desprendida y
desinteresada- en favor del progreso y desarrollo de los pueblos de un
distrito, de una provincia, región y del país.
Ahora que nos acercamos a las
elecciones municipales, todos los ciudadanos votantes, deben comenzar a
observar, analizar y evaluar, objetivamente, a todos los postulantes a ocupar
cargos políticos en nuestra ciudad de Casa Grande para evitar sufrir amargas
decepciones.
CANDIDATOS DEBEN SER CAPACES Y ÉTICOS
Esta selección minuciosa de los
potenciales candidatos la deben realizar, en forma objetiva, sin que
interfieran los sentimientos de simpatía o antipatía que podrían inspirar
algunos candidatos. Incluso deberían enterarse de sus antecedentes, de su real
capacidad de gestión, de su trayectoria política, de su conducta moral y ética
demostrada en cargos, que hayan ocupado anteriormente, para no se tropiecen dos
veces en la misma piedra.
Incluso, deben determinar sin son
líderes naturales, con carácter, temperamento y dominio de las buenas
relaciones humanas y sobre todo que dominen la inteligencia emocional. Que no
se chupen ni se mantengan sólo detrás de un escritorio, evitando la necesaria y
útil interacción periódica con los vecinos para escuchar e intercambiar ideas,
sugerencias que busquen el bien general del pueblo.
NO PERDER EL CONTACTO CON EL PUEBLO
Como solía decir una de los mejores
Presidentes de Estados Unidos de Norteamérica, Abraham Lincoln: “Es muy
importante que una autoridad reciba, periódicamente, sus baños de opinión
pública, para enterarse, directamente del pueblo, sus inquietudes y anhelos y
no estar sólo supeditado a la gente de su entorno que suele maquillar la
realidad y no decir la verdad cruda”
Son aquellos mediocres que sólo ponen
en práctica la actitud del “Chi seño” que a nada positivo conducen y que
mantiene ajenos y ciegos a la realidad que los circunda a quienes deben tomar
las decisiones en beneficio del pueblo
Estas son algunas de las cualidades
indispensables que se deben tener en cuenta los casagrandinos para votar o
descartar a los aspirantes a los ambicionados cargos políticos. Aunque hay que
admitir que vemos caras, pero no las verdaderas intenciones que abrigan sus
corazones-
HAY QUE EVITAR SER ENGAÑADOS Y
FRUSTRADOS
Es la única forma de asegurar que no
seremos engañados y frustrados cuando salgan elegidos por el respaldo de las
mayorías. Que esta labor es difícil y acuciosa no lo dudamos, pero se debe
efectuar el esfuerzo. Peor es lamentarse, sin remedio, después. No olvidemos que las revocatorias, demandan
mucho esfuerzo y sólo algunas llegan al final.
A propósito de servir analicemos y
evaluemos la opinión del ex presidente más austero del mundo, José “Pepe”
Mujica quien lideró un gobierno ejemplar y admirable en el Uruguay. Él dijo: “Hay gente que adora la plata y se mete en
la política. Si adora la plata, que se meta en el comercio, la industria, que
haga lo que quiera, no es pecado, pero la
política es para servir a la gente
“
Una verdad meridiana que pasa
inadvertida o la ignoran, por la gran mayoría de candidatos que se mete en política.
Por eso los auténticos ciudadanos, que participan en este difícil y
controvertido campo, no sólo deben tener una buena formación educativa,
cultural, preparación en el campo de la gestión pública, sino –lo más esencial
e importante- poseer una estructura moral sólida.
SE DEBE EVITAR LA NEFASTA
POLITIQUERÍA
Esta consistente formación ética debe
reflejarse en genuinos valores, principios y virtudes para que garanticen que
no van a caer en la censurable politiquería, en el aprovechamiento personal, que
es la mixtificación censurable de la verdadera política.
Los millones de peruanos somos
testigos impotentes del triste espectáculo de degradación moral que ofrecen,
actualmente, algunos políticos conocidos y desprestigiados, en cuanto a su
conducta ética.
Debido, deplorablemente, al afán
desmedido que demuestran, por la ambición de llegar al sillón presidencial y al
Congreso y a los demás cargos políticos que ofrece el país y no tienen el más
mínimo escrúpulo para hacer lo que sea –hasta lo más vituperable- para lograr
sus fines egoístas y subalternos, con algunas excepciones, quizás, que
justifican la regla.
El problema es que sociedad de
consumo, el predominio del mercado en el que estamos inmersos, nos jala de la
nariz y nos hunde en la codicia, una debilidad humana por la cual nos
deslumbramos por deseos materiales inconmensurables y nos empuja a la más
negativa corrupción para poder satisfacer esos anhelos mundanos. Aquí radica el
quid de la corrupción que prevalece en el mundo.
SE NECESITAN MODELOS DE VALORES
Por eso con muchísima razón un gran
pensador, sabio en este campo tenebroso de la politiquería, afirmó, para
despertar las conciencias, con acierto: “La
felicidad y la prosperidad de los pueblos, forman parte más de un modelo de
valores que de modelos económicos”.
Y agregó: “La miseria que asola a tres cuartas partes de la humanidad es producto
de la miseria y egoísmo de algunos pocos, que no han encontrado los límites a
su codicia”. Hay varios malos ejemplos patentes.
Remata con este pensamiento, que
debería calar hondo en las mentes y corazones de todos los aspirantes a ser
políticos: “Por tanto, el problema
universal es producto de la falta de valores, de quienes acaparan, cruelmente,
la riqueza. La solución es moral, de valores sin ninguna duda”.
LOS FALSOS POLÍTICOS Y LOS MALOS
EMPRESARIOS CARECEN DE VALORES
Y esta aleccionadora advertencia no
sólo involucra a los políticos que ya gobernaron, con serios cuestionamientos,
y sin embargo vuelven a postular sin remordimientos. Abarca también a aquellos
que no son buenos empresarios, que son egocéntricos e insensibles, que solo se
preocupan en maximizar sus ganancias, apoyan a políticos inescrupulosos, para
luego sacar beneficios y ventajas, sin ningún remordimiento en la conciencia.
Son pensamientos realistas y
ejemplares que no deberían pasar inadvertidos, por los casagrandinos y todos
los peruanos que tienen inclinación por accionar en el campo político, que
están animados o poseen vocación verdadera de servir a su país con la sana
práctica de la política bien entendida y bien aplicada.
JUSTIFICADA ASPIRACIÓN: QUE SEAN
BUENOS EJEMPLOS DE CALIDAD
Quizás se pida peras al olmo, y se
predique en el desierto, pero sería ideal que los aspirantes a políticos se
esfuercen por ser preparados, correctos, intachables, éticos y con mucha
calidad humana. No sólo se van a sentir contentos, sino que estarán con su
conciencia tranquila porque nadie los criticará, sino más bien los elogiarán y
serán perennizados en la historia si saben trascender.
Aparte, con justificada razón, serían
amados, recordados y admirados, con fruición, por sus pueblos con evidente
merecimiento. Es probable que lo invocado caiga en saco roto, sea una utopía,
un sueño irrealizable, teniendo en cuenta que suelen predominar los intereses egoístas.
Sin embargo, no hay que perder la fe
ni la esperanza que algún día vislumbremos el surgimiento de correctos
ciudadanos, con estas encomiables cualidades, para adecentar y elevar el
prestigio de la genuina política y dejar de lado la nefasta politiquería. Así
sea.
La Política como Arte de Servir VS Politiquería como medio para Corromperse
Reviewed by Unknown
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noviembre 23, 2017
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