LA SEÑORA DE CAO - VI

¿Qué diferencias podría establecer entre sus hallazgos de individuos femeninos de élite realizados en San José de Moro y los hallazgos realizados el 2005 en Complejo El Brujo?

LJC: Son sumamente diferentes. Para empezar creo que entre los especialistas las fronteras están más claramente demarcadas y el hecho de que sean no sociedades diferentes pero unidades políticas, culturales incluso, diferenciadas es muy grande. Entonces, las diferencias no son sorprendentes. Los moche del sur son claramente una cosa diferente a los moche del norte; el patrón funerario no tiene nada que ver entre un lado y el otro. Por ejemplo, las tumbas del norte son tumbas de cámara que son más parecidas a las de Sipán, o a las de La Mina, no a las del sur. En el norte esta mujer hubiera sido enterrada en una cámara funeraria. La cámara hubiera sido construida o excavada en una zona llana y no en una pirámide, hubiera tenido mucho más espacio. En el norte se hubiera incluido en una tumba como ésta mucha cerámica doméstica: ollas, platos, cuencos, que hubiera sido lo normal encontrar en asociación con estas tumbas. Por otro lado, esta mujer está asociada con el periodo temprano de Mochica sur, aunque no tan temprano, porque estratigráficamente no puede ser una tumba muy temprana. Hay una cuestión cronológica interesante porque algo de la cerámica es Mochica temprano tipo Jequetepeque. Las narigueras parecen de Jequetepeque, son muy parecidas a las narigueras que se encontraron en las tumbas de La Mina, entonces de alguna manera podría ser una forma de conexión, porque parecería que ésta es una tumba Moche III, y parecería que además es contemporánea y se alimentó de ciertos objetos que venían de Jequetepeque o del norte que serían Moche Temprano, lo cual haría coincidir en la secuencia el Moche III y el Moche Temprano. ¿Por qué? Porque como se piensa en el norte el Moche Temprano es bastante largo, muy largo, e incluso es un periodo que quizá convive con el Moche Medio, lo cual es una suerte de paradoja, pero parecería que en sitios como Dos Cabezas se congela. Es lo que piensa Christopher Donan: que mientras el resto del norte, el Mochica Norte, ya ha avanzado al Mochica Medio -la cerámica de Sipán por ejemplo es Mochica Medio, la de San José de Moro, la de Pacatnamú son Mochica Medio- en la desembocadura del valle de Jequetepeque hay una pequeña entidad política, un pequeño reducto que todavía mantiene la tradición Mochica Temprano, porque también nosotros tenemos la misma paradoja de encontrar a la vez Mochica Medio con Mochica Temprano. Entonces, ¿qué ocurre?, que esta tumba sería una tumba Mochica III, del sur, pero alimentada con material cerámico y metálico que vendría de Jequetepeque y correspondería a lo que estilísticamente se podría llamar Mochica Temprano.

Además, hay muchas diferencias porque si esto es más bien temprano, antes incluso de la gran expansión moche, de la gran consolidación, etc., las mujeres que hemos encontrado en el norte son tardías, cuando ya la influencia Wari, por ejemplo, es un factor determinante, mientras que éstas no, están muy aisladas. Éstas están más cerca de sus raíces Gallinazo que del otro extremo, que está más bien acercándose a lo que después va a ser la influencia Wari. Las otras en (San José de) Moro tienen contacto con Cajamarca, éstas aparentemente están aisladas; son escenarios completamente diferentes. Sin embargo, es interesante que en ese contexto la forma como se prefigura la identidad es diferente. Recordemos que donde se ha podido, casi de manera evidente, decir que alguien es tal cosa o alguien es tal otra cosa, es decir, esta persona es la sacerdotisa, este personaje es el sacerdote, es en el norte, no en el sur. Las tumbas del sur, excepto el trabajo que hizo Juan Mogrovejo sobre la reinterpretación de la tumba del Sacerdote Guerrero, no son tumbas donde uno automáticamente pueda ver quién es el personaje que está siendo enterrado. En la configuración de los elementos que acompañan al personaje no hay tal claridad en cuanto a la identificación de estos personajes mayores. Los menores sí, corredores por ejemplo, los que encontraron en las Huacas del Sol y la Luna, eso sí, pero éstos no. No se ha encontrado en la Huaca de la Luna ni en El Brujo ni en ningún otro sitio una sacerdotisa, con alguna excepción. Hay una mujer que se encontró en la Huaca de la Cruz que parece ser una sacerdotisa, pero porque tiene una copa y algunas otras cosas.

Desde su experiencia como Director del Proyecto Arqueológico San José de Moro, donde se ha realizado una notable labor en arqueología pública ¿cuáles son las recomendaciones que podría seguir el Proyecto Arqueológico Complejo El Brujo para el manejo responsable y la difusión de estos hallazgos?

LJC: No creo que sea apropiado dar consejos, sobre todo en una cosa tan sensible como el manejo de su relación comunitaria y de la responsabilidad social y de la difusión de hallazgos. Creo que cada proyecto es un mundo, y que lo que funciona en un sitio no funciona en otro, porque además la dimensión varía. Lo que funciona en Moro como un sistema modular y como tratar de que la participación de la comunidad sea mayor es porque Moro está metido dentro de un sitio arqueológico, y no es el caso ni de la Huaca de la Luna ni del Brujo. Más bien los de la Huaca de la Luna y del Brujo son casos parecidos porque tienes que atravesar el pueblo para llegar hasta la zona arqueológica. Hay una lógica diferente, de recorrido.
LA SEÑORA DE CAO - VI LA SEÑORA DE CAO - VI Reviewed by Valle Chicama on agosto 10, 2009 Rating: 5

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